Memoria conceptual:
En Argentina, aproximadamente cada 10 o 12 años ocurren ciclos de inflación, tensión cambiaria, corridas bancarias y una fuerte devaluación de la moneda; fenómenos que se retroalimentan haciendo que el problema del “precio del dólar” cobre protagonismo en la agenda pública. Sin embargo no es sencillo establecer quien lo impone con mayor eficacia: si son los ciudadanos preocupados por resguardar el valor de sus ahorros en un contexto de inflación, si son las poderosas corporaciones mediáticas y empresariales que fuerzan medidas económicas para licuar sus deudas, si es el gobierno que busca aumentar su capacidad de financiamiento y cierta competitividad, o si todos participan en esta dinámica especulativa que, finalmente, produce una suba de precios generalizada, perjudicando mayormente a los sectores sociales de más bajos recursos.
Las situaciones de tensión cambiaria producen una fiebre que instala el “sálvese quien pueda” que no nos permite pensarnos colectivamente y proyectar el bien común, propiciando comportamientos especulativos extremadamente individualistas y egoístas.
Las reglas que determinan el valor de nuestra moneda están ocultas para la mayoría de nosotros. Tampoco conocemos cómo varían las relaciones entre las diferentes divisas. Sin embargo el sistema monetario rige nuestras vidas, situación equivalente a ser miembro de una religión en la que los libros sagrados están ocultos, o disponibles sólo para unos pocos privilegiados.
El hecho de que le asignemos tanto valor al papel pintado, además de ser un extraordinario acuerdo social, puede verse también como el delirio colectivo más difundido de la historia de la humanidad, o como la más unánime manifestación de Fe desde la Creación. Creemos en el valor del dinero, entonces, el dinero tiene valor. Pero, ¿quienes somos los que creemos? ¿Todos creemos con la misma fuerza? ¿Todos creemos lo mismo?
Economistas oficialistas y de la oposición vierten en sus discursos conceptos como “profecías auto-cumplidas”, “presiones externas”, “puja distributiva”, “falta de inversión” y “formadores de precios”, ideas que para el público general pueden ser tan crípticas y abstractas como las más complejas parábolas, alegorías y metáforas presentes en la Biblia, el Corán o la Torah.
Detalles:
Este trabajo presenta una mutación de un organillo (también conocido como organito), un dispositivo musical tradicional que habitó a lo largo del siglo XX y hasta fines de los años 90’, las calles peatonales Florida y Lavalle del microcentro de la Ciudad de Buenos Aires.
Comúnmente el “organillero” reproducía (a cambio de una moneda) una de las melodías disponibles en su instrumento. Además, un pequeño loro o cotorra amaestrada entregaba al público “tarjetas de la suerte” con buenos augurios.
En esta ocasión presentamos una variación de organillo musical, el cual reproduce las exclamaciones de los “arbolitos” que pueblan actualmente las mencionadas Florida y Lavalle. Los arbolitos son personajes también tradicionales que, desde hace décadas y aún hoy, ofrecen a viva voz el intercambio de moneda extranjera, de manera principalmente informal, y con mayor intensidad cada vez que existe tensión cambiaria, devaluación y corridas bancarias.
En este propuesta, un organillero acciona el aparato mediante una manivela, que al girar, reproduce diferentes exclamaciones registradas durante el mes de octubre de 2013, entre las que se encuentran: “cambio cambio!”, “cambio dólar!” y “dólar real cambio!”.
El público recibe una “tarjeta de la suerte”. Cada una contiene una de las 12 frases posibles, que fueron creadas para la ocasión, junto con símbolos ligados a los sucesos económicos y financieros mencionados.
Frases de las tarjetas:
- "Sentirás una inexplicable pulsión por adquirir divisa extrajera. En cuanto se sincronicen tus tableros se liberará la contienda."
- "Inconmensurable marea verde hará erupción para surtir tus más sedientos abismos. Encontrar un salvavidas será de vital importancia."
- "Viento de cola, oleaginoso gobierno de tus alas. Inmensas gotas blancas se posarán sobre tus arados durante el equinoccio."
- "Inflamación barajará nuevamente todas tus referencias. Comprender la emisora constelación será el único modo de prevalecer."
- "Circulante elipse de exclamaciones redondeará tus curvilíneas travesías. Frondozos intercambios a voz viva serán floridos y corrientes"
- "Tus más cimentadas convicciones serán ensordecidas por ninfas de ladrillos. Remolinos de algas y arena serán castillos."
- "Enjambres de variables eclipsan tus bursatilidades. Es imperativo mantener un ojo sobre los pitonisos de LED"
- "Ignominiosa escalada rondará tu senda. Aceitarás un microscópico desplome."
- "Yuyoso relieve de la insistencia. Importancia insumirá exportancia. Reservas dibujarán cordilleras."
- "Tintas erigen tómbolas de papel. Conservadora razón nublará soles y lunas."
- "Monetaria montaña morigerará montones de mantras. Mágico mandala manda: más, muy, mucho. Muchos menos mandarán".
- “Uñosas aves desdoblarán tu siembra. Cosecharás entre la marchita rúcula y el cielo inaprehensible.“
Palabras presentes en la textura de fondo
timba, rula, vamo y vamo, moneda, billete, papota, guita, guitarra, toco, tocaso, mosca, moscarda, mosqueta, viyuya, efeté, rabiosa, viva, teca, tela, torvelo, sopardos, sosha, mangruyos, fifty fifty, cash, en mano, uno sobre otro, contados, líquidos, verdes, lucas, gambas, palos, diegos, escolazo, mango, bacán, vento, volador, violeta, sarmientos, mitres, rocas, ladrillo, chirolas, grullos, menega, meneguina, morlaco, música, royo, votacen, canuto, cobre, chauchas y palitos, lechuga, rúcula, aceitar, adornar, arreglar, empapelar, mordida, tajada, untar, aceitar, lubricar, cometa, avivar, apurar, correr, apretar, soltar, tirar, amarrocar,
Símbolos presentes
Aluden a la repetición, lo circular: infinito, serpiente que se muerde la cola, manijas, helicoidales, organillo, circularidad, loro/cotorra, piedra. Laureles/escudo/sol/pirámide/ojo que todo lo ve, etc.
